martes, 30 de agosto de 2011

EL REY ARTURO



El Rey Arturo (en galés y en inglés Arthur) es un destacado personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y francesa, donde aparece representado como el monarca ideal, tanto en la guerra como en la paz. Según algunos textos medievales tardíos, fue un caudillo británico que dirigió la defensa de Gran Bretaña, frente a los invasores sajones a comienzos del siglo VI. Su historia pertenece principalmente a la leyenda y a la literatura, que aunque se discute si Arturo, o un personaje similar en el que se habría basado la leyenda, existió realmente.
Las primeras referencias a Arturo se encuentran en las literaturas Celtas y Galesas. El primer relato de la existencia de este personaje se encuentra en las escrituras -del Autor Galés llamado Godofredo de Monmouth (dC.1100 - dC.1155) que fue un monje y uno de los principales personajes en el desarrollo de la Historia Británica y responsable de los cuentos del Rey Arturo.- Monmouth presenta a Arturo como un Rey de Gran Bretaña que derrotó a los sajones y luego estableció su imperio en las islas Británicas. En sus relatos aparecen personajes como el padre de Arturo, Uther Pendragon, y su consejero el mago Merlín, y elementos como la espada Excalibur; se menciona también el nacimiento de Arturo en Tintagel, así como su batalla final contra Sir Mordred en Camlann y su retiro posterior a la isla de Ávalon junto a Morgana (hechicera entrenada por Merlín).
A partir del siglo XII, Arturo fue el personaje central del ciclo de leyendas conocido como materia de Gran Bretaña, apareciendo en numerosos romances en francés. -Chrétien de Troyes (dC. 1135 - 1190 dC.) fue un poeta de la localidad francesa de Champaña. Se dice que es el primer novelista de Francia y, según algunos, el padre de la novela occidental.- Chrétien de Troyes agregó otros elementos esenciales a su leyenda, entre ellos a Lanzarote del Lago más conocido como Sir Lancelot, que es uno de los caballeros de la mesa redonda y un personaje fundamental en la leyenda del Rey Arturo. Después de la Edad Media la literatura artúrica experimentó un cierto declive, pero resurgió en el siglo XIX y continúa viva a comienzos del siglo XXI, tanto en la literatura como en muchos otros medios.
En la mayoría de los escritos de la prosa francesa, Lancelot es caracterizado como el más grande y en el que más confía de todos los caballeros el Rey Arturo, desempeñando siempre una parte importante en muchas de las historias del rey, aunque también la caída final de Arturo se debe en parte al propio Lancelot, cuyo amorío adultero con la esposa de su señor, Ginebra, destruye la unidad de Camelot cuando es descubierto ante toda la corte por los enemigos de Lancelot (Morgana, Sir Modred, Sir Agravain o Sir Agravaine) que es un personaje de la Mesa Redonda, y personaje de las historias del Rey Arturo.
Lancelot que es un personaje popular, y ha sido sujeto de poemas, cuentos, obras teatrales y películas como figura relevante de leyendas artúricas. Para la gran mayoría de los seguidores de esta literatura, no hay otro caballero más conocido de entre todos los de la mesa redonda, que Lancelot. En el recuerdo colectivo, siempre se lo tiene como el miembro más valiente de esa hermandad de caballeros y como el amante de Ginebra, aunque Lancelot no es uno de los miembros originales de la mesa redonda y el desarrollo de su historia es aún objeto de intenso debate entre los estudiosos.


La Leyenda de la Espada Excalibur
A los 16 años, Arturo va con su padrastro y el hijo de éste a Londres, donde caballeros de toda Inglaterra intentan sacar una espada de su prisión en un yunque que a la vez se encontraba prisionera en un trozo de mármol. La leyenda cuenta que quién lograra liberar la espada se convertiría en el Rey de Inglaterra y sería el encargado de unificar todos los reinos de la isla (Uther Pendragon, padre de Arturo había muerto unos años atrás). Infructuosamente, todos los caballeros intentaron extraer la espada, pero es Arturo, sin ser caballero aún, quien logra liberarla, y es revelada su verdadera identidad.
Con la resistencia de todos los presentes, es proclamado rey, sin embargo, todos lo aceptan y Arturo jura impartir justicia a todos los hombres de Inglaterra sin tener en cuenta su posición social. Unos días antes Arturo se había acostado con una bella joven. Esta no era otra que Morgana, su media hermana. Cuando se enteraron de lo que habían hecho, Morgana huyó, tuvo a su hijo en secreto y lo llamo Mordred. Mordred sería el fin de su padre, el Rey Arturo.
Poco tiempo después Arturo pierde su espada durante una batalla. El mago Merlín lo acompañó a un lago en cuyo fondo había un castillo en el cual vivía una hechicera llamada Nimue, La Dama del Lago, esta mujer guardaba una espada maravillosa, Excalibur. Arturo le pidió la espada, y Nimue se la regaló. Merlín observó la vaina mágica de Excalibur. "Guarda bien esta vaina" advirtió Merlín al Rey "dado que mientras la lleves no perderás nada de sangre, pero un día llegara una mujer, en que confiaras y te la robara."  


Camelot y el Santo Grial
Ya en su castillo de Camelot, Arturo se rodea de los caballeros más valientes y honestos Lanzarote (hijo adoptivo de Nimue), Perceval (hijo de Pellinore), Gawain (hijo del Rey Lot y Morgause) y otros, junto con quienes funda la Orden de la Mesa Redonda. Gran Bretaña goza, entonces, de doce años de paz. Arturo se casó con Ginebra, hija del Rey Cameliard, y fueron felices hasta que Lanzarote llegó a Camelot y él y la Reina Ginebra se enamoraron en secreto.
Los Caballeros de Arturo, en busca del Santo Grial, combatieron en bosques sombríos y castillos contra duendes, dragones y otras bestias, y regresaban a Camelot a contar sus aventuras en la mesa redonda donde se reunían.
Arturo fue ayudado por Merlín hasta que éste desapareció con su amada Nimue, y fue encerrado por ella en una colina hueca. La hermanastra de Arturo, Morgana, aprovechó esta situación para robar la espada mágica Excalibur y arrojarla al mar. Morgana actuó así con Arturo debido al matrimonio que su hermano le había obligado a contraer con el Rey Uriens, y porque Ginebra, la prometida de Arturo, había expulsado de la corte a Guiamor, su amante.
Durante la búsqueda del Santo Grial, todo apunta a que Sir Lanzarote iba a encontrar el mágico objeto, pero su amor por la Reina, no lo hizo digno de tal premio. Cuando pasó una noche en el castillo de Cobernic, donde vivía el Rey que custodiaba el Grial, la hija de éste rey, Elaine, se enamoró de Lanzarote, y mediante la magia, adquirió el aspecto de Ginebra, para yacer con él. De ésta unión nacería Galahad, uno de los caballeros destinado a encontrar el Santo Grial.


Fuente: http://www.wikipedia.org

martes, 23 de agosto de 2011

PERSÉFONE


 En la mitología griega, Perséfone -La que lleva la muerte-. Es hija de Zeus y de Deméter -Diosa Madre-.La joven doncella, hasta entonces llamada Koré -Hija-, es raptada por Hades, Dios del Inframundo, convirtiéndose en la reina del mismo.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica. En otros lenguajes era conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama Persephoneia. Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica Proserpina, y como tal llegase a convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.
La figura de Perséfone es actualmente muy conocida. Su historia tiene un gran poder emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como <<La Doncella>>. En la Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como <<Reina de Hierro>>. Su mito central, aún con toda su naturalidad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes; una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.

EL MITO DEL RAPTO     

En el panteón olímpico se le da un padre a Perséfone: según la Teogonía de Hesíodo era hija de Zeus y Deméter:




                Y él, [Zeus] fue a la cama de la abundante Deméter, quien concibió a Perséfone, la de blancos brazos, robada por Hades del lado de su madre.
Sin embargo, Perséfone no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de los demás dioses, siendo una diosa de la naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar plantas. En la tradición olímpica fue cortejada por los dioses: Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de los dioses. Así, llevaba una vida pacífica hasta que se convirtió en la diosa del inframundo, lo que, según los mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta que Hades la raptó y llevó allí con él. Perséfone estaba tomando flores inocentemente con algunas ninfas (y Palas Atenea y Artemisa, según el himno Homérico, o Leucipe, o algunas Oceánides) en un campo en Enna cuando apareció Hades, emergiendo de una grieta en el suelo, las ninfas fueron transformadas en las Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó paralizada mientras la desolada Deméter (Diosa de la Tierra) buscaba por todas partes a su hija perdida. Helios, Dios Sol, que todo lo ve, termino por contarle lo sucedido a Deméter.
Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engaño para que comiese seis (o cuatro, según otras fuentes) semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones, Ascáfalo, hijo de Aqueronte, le contaba a los demás dioses que Perséfone se había comido voluntariamente las semillas de granada. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, Perséfone volvía al Inframundo, la tierra se hacía nuevamente estéril. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone  del Inframundo cuando Deméter reveló lo misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En la versión más antigua la temible diosa Perséfone era la propia Reina del Inframundo.
Perséfone, como reina del Hades, sólo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo, accedió pero falló, al mirar atrás casi al final, para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para siempre.
Perséfone también figura en la historia de Adonis, el consorte sirio de Afrodita. Cuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfeone para que lo cuidara, pero ésta  también quedo asombrada y rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos Diosas fue resuelta por Zeus o Calíope, quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro meses con Perséfone y los cuatro meses restantes del año solo.
Cuando Hades persiguió a una ninfa llamada Mente, Perséfone la convirtió en una planta de menta.
Perséfone era el objeto del cariño de Pirítoo. Su amigo Teseo y él prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo eligió a Helena, la secuestro con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que tuviese la edad de casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al Inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de ésta, Hades, quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron enredándose en sus pies, atrapándolos. Cuando Heracles fue a cumplir con el último de sus doce trabajos, capturar a Cerbero, el perro guardián del Inframundo, liberó a Teseo, pero cuando intentó liberar a Pirítoo la tierra temblo y lo tuvo que dejar en el Inframundo.      


martes, 2 de agosto de 2011

PERSEO


Perseo es un semidiós de la mitología griega, hijo de Dánae y Zeus.

Nacimiento

Dánae había sido encerrada por su padre, Acrisio rey de Argos, en una torre, para impedir que tuviera trato con un varón, ya que un oráculo había anunciado a Acrisio que moriría a manos de su nieto. Sin embargo, Zeus se metamorfoseó en lluvia de oro y consiguió acceder a la estancia de Dánae y dejarla preñada.

Dánae engendró a Perseo y, al enterarse, Acrisio los arrojó al mar en un cofre. Tras vagar por mucho tiempo a la deriva, llegaron al reino de Serifos, donde fueron recogidos por Dictis, hermano del gobernante de esa isla, el tirano Polidectes. Dictis fue para Perseo como un padre.

Dionisos, Hermes, Hércules, Cratos, Palas Atenea, Clitemnestra, Helena (Artemisa), Cástor, Pólux, Apolo, Pereséfone, Minos, Alexandre y Ares eran sus medios hermanos.

Expedición para matar a Medusa.

La belleza de Dánae hizo que Polidectes cayera enamorado de ella. Pensando que el joven Perseo podía ser un estorbo en sus planes intentó librarse de él mediante una estratagema. Ésta consistía en hacer creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía. Polidectes pidió a los habitantes de la isla un caballo cada uno para poder ofrecer como regalo a la princesa. Al no tener ningún caballo que ofrecerle, Perseo le prometió traerle la cabeza de Medusa, una de las tres Gorgonas, que podía convertir en piedra a los hombres sólo con su mirada. Polidectes aceptó satisfecho el ofrecimiento, pensando que la misión era un suicidio y el joven nunca regresaría.
Sin embargo, Zeus decidió ayudar a su hijo por lo que pidió a los dioses Palas Atenea y Hermes que le prestaran su ayuda. Hermes le dio una hoz de acero con la que poder cortar la cabeza de Medusa mientras que Palas Atenea le regaló un brillante escudo y le aconsejó sobre las tareas que tendría que realizar. Con el fin de encontrar el escondite de Medusa, Perseo fue en busca de las hijas de Forcis, las Grayas, que sólo tenían un mismo ojo y un mismo diente y que compartían pasándoselos una a la otra. Perseo les arrebató el ojo y el diente, obligándolas a confesar donde estaba situada la residencia de Medusa a cambio de devolvérselos.
En su camino, Perseo se encontró con las náyades, de las que consiguió un zurrón mágico, el casco de Hades, que permitía volver invisible a aquel que lo llevara puesto y unas sandalias aladas. Con la ayuda de estos objetos, logró introducirse en la residencia de las Gorgonas, que como las Grayas, eran hijas de Forcis. Usando el escudo como espejo logró cortar la cabeza de Medusa sin tener que mirarla. De la sangre de Medusa nació el caballo alado Pegaso y también el gigante Crisaor. Después de aquello, Perseo salió del palacio de las Gorgonas. Esteno y Euríale, hermanas inmortales de Medusa, pero sin encontrarlo, ya que el casco lo volvía invisible a Perseo.


Rescate de Andrómeda

De vuelta a su hogar, Perseo encontró a Andrómeda encadenada a una roca, lugar donde había sido dejada por sus padres Cefeo y Casiopea para ser devorada por el monstruo marino Ceto por orden de un oráculo. Perseo se enamoró de ella y decidió liberarla, por lo que tras pedir su mano a Cefeo y Casiopea mató al monstruo con su espada, o según otras versiones, petrificando una parte del monstruo al mostrarle la cabeza de Medusa. Durante el banquete de bodas con Andómeda, llegó Fineo, tío paterno de ésta y a la vez su prometido. Comenzó una batalla entre quienes apoyaban el enlace y los que apoyaban a Fineo. Al ver que su bando iba perdiendo, Perseo no tuvo más remedio que convertir en piedra a Fineo y a los que lo acompañaban con la cabeza de Medusa. Perseo y Andrómeda lograron finalmente casarse y llegaron a tener siete hijos: Perses, Alceo, Heleo, Méstor, Esténelo y Electrón y una hija llamada Gorgófone.

Venganza contra Polidectes

Luego, Perseo regresa a Sérifos. Allí, Dictis y Dánae se han refugiado en un templo huyendo del acoso de Polidectes. El rey está muy satisfecho pensando en que se ha librado de Perseo.
Perseo se presenta ante Polidectes y ante toda su corte, pero ellos empiezan a burlarse de él, entonces mirando hacía otro lado, saca la cabeza de Medusa y se la muestra; todos quedan petrificados, con una expresión de incredulidad en sus rostros, en especial Polidectes.
Entonces, Dictis y Dánae se casan y gobiernan juntos el reino de Sérifos.

Cumplimiento de la Profecía

Perseo devuelve todos los objetos mágicos y le regala a Palas Atenea la cabeza de Medusa. Después decide regresar a Argos.
Acrisio se entera de que su nieto viaja para encontrarse con él y pone tierra de por medio, cuando Perseo llega no lo encuentra. Está en un reino vecino Larisa, presenciando unos juegos. Perseo lo sigue. Una vez allí, los organizadores le proponen participar de los juegos, Perseo accede a participar en el lanzamiento de disco, cuando lo tira, lo hace con tan mala fortuna que golpea a Acrisio en el pecho y lo mata, cumpliéndose así la profecía. Debido a esta muerte accidental Perseo no quiso seguir gobernando en su legítimo reino, Argos. En consecuencia, intercambió los reinos, con su vecino y tío, y construyo para sí una ciudad poderosa, Tirinto, en la que vivió largo tiempo con su familia.

lunes, 1 de agosto de 2011

HERACLES


En la mitología griega Heracles -significado de la palabra gloria de Hera- es un héroe de la mitología griega. Era considerado hijo de Zeus y Alcmena, una reina mortal, hijo adoptivo de Anfitrión y nieto de Perseo, por la línea materna. Recibió al nacer el nombre de Alceo o Alcides, en honor a su abuelo Alceo, si bien esta misma palabra evoca la idea de fortaleza. Sólo en la edad adulta recibió el nombre por el que se lo conoce, impuesto por Apolo, a través de Pitia, para indicar su condición de servidor de la Diosa Hera. En Roma, así como en Europa Occidental, es más conocido como Hércules y algunos emperadores romanos como Cómodo y Maximiano se identificaron con su figura.

Heracles, en la mitología Griega

Se trata del más célebre de los héroes griegos, el paradigma de la virilidad y el adalid del orden Olímpico contra los monstruos ctónicos. Su extraordinaria fuerza es el principal de sus atributos, pero también los son el coraje, el orgullo, cierto candor y un formidable vigor sexual. Se lo considera el ancestro de los Reyes de Esparta, (de este modo estos caudillos dorios se legitimaban como aqueos) y la influencia de esta polis en la Grecia Arcaica y Clásica fue una de las razones de la difusión de su leyenda y culto, haciendo de Heracles el héroe dorio por excelencia.
Abundan los relatos mitológicos sobre él, los más famosos de los cuales son Los doce trabajos de Heracles. Las historias de las cuales es protagonista forman un ciclo que se desarrolló constantemente durante toda la Antigüedad, motivo por el cual es difícil hacer una exposición cronológica o siquiera coherente de las mismas. El historiador francés Pierre Grimal en su Diccionario de Mitología griega y romana, propone clasificarlas en tres categorías, a saber: 1) El ciclo de los Doce Trabajos, 2) Las hazañas independientes de los mismos y 3) las aventuras secundarias ocurridas durante los doce trabajos. Como marco de los tres ciclos, aparecen los relatos de su nacimiento y de su muerte apoteosis, relativamente invariables en las diversas fuentes.
Las menciones más antiguas de Heracles aparecen en las obras de Homero y Hesíodo, pero relatos más o menos completos de sus aventuras son las obras de Psino de Lindos, Rodas (por lo demás desconocido) Pisandro de Camiros otro poeta Rodio, y Paniasis de Halicarnaso autor de una obra titulada Heraclea. Todas estas obras, con excepción de unas pocas citas fragmentarias, se han perdido.
Los poetas posteriores, sus comentaristas y, por último, los mitógrafos de la época helenística son, en la actualidad, las únicas fuentes escritas sobrevivientes que relatan las hazañas de Heracles. Un auxiliar importante para el estudio de las mismas es la iconografía, muy abundante, los principales episodios de las leyendas.

Heracles en otras mitologías

Las historias y el culto de Heracles se difundieron en cada sitio donde se establecieron los griegos; en muchos casos el héroe fue incorporado a otras mitologías o bien se lo identificó con algún personaje mítico anterior. Entre los Etruscos, sumamente receptivos ante la mitología helénica, Heracles se convirtió en Hercle, hijo de Tinia y Uni. A través de esta personificación los latinos desarrollaron la figura de Hércules. En la mitología de Roma, Hércules se identifica por completo con el Heracles griego y sólo se le añaden algunos episodios a sus aventuras destinados a relacionarlo con Italia y el Lacio. En otros casos, los propios griegos equipararon con Hércules a los seres míticos de otras culturas; así cuando sucedió con el Dios Fenicio Melkart, las divinidades egipcias Jonsu y Herishef o el celta Ogmios. En ocasiones estos otros Heracles fueron caracterizados con epítetos distintivos como Heracles tirio, Heracles Tasio (de Tasos), Heracles de Canobo o Heracles dáctilo. Este hecho llevó a historiadores y filósofos a especular sobre las existencias de diferentes Heracles a lo largo de la historia, siendo hijo de Alcmena el último de ellos y meramente un héroe.

Nacimiento e infancia

Un elemento principal de las conocidas tragedias que giran en torno a Heracles proviene del odio que la Diosa Hera, esposa de Zeus, le tenía. Heracles era hijo de Zeus y Alcmena, y por tanto su mera existencia demostraba al menos una de las muchas infidelidades de aquél. Como venganza por éstas, Hera conspiraba a menudo contra la descendencia mortal de Zeus. Zeus yació con Alcmena tras adoptar la apariencia del marido de ésta, Anfitrión de Tebas, que había dejado su hogar para ir a la guerra contra Atenas. Anfitrión volvió más tarde esa misma noche, y Alcmena quedó embarazada de gemelos.
En la noche en que los gemelos nacieron, Hera, conociendo el adulterio de su marido, logró convencer a Zeus de que prestara un juramento según el cual el niño que naciera aquella noche a un miembro de la casa de Perseo sería un gran rey.
Una vez Zeus hubo jurado, Hera corrió a la casa de Alcmena y ralentizó el parto sentándose con las piernas cruzadas y las ropas atadas con nudos. Al mismo tiempo, que su primo Euristeo naciese prematuramente, haciendo así que fuese rey en lugar de Heracles. Habría retrasado permanentemente el nacimiento de Heracles si no hubiese sido engañada por Galantis, su criada, quien le dijo que ya había asistido al niño en el parto. Tras oírlo, Hera salto sorprendida, desatando así los nudos y permitiendo que Alcmena diese a luz. Uno de los niños, Ificles, era mortal, mientras que el otro era el semidiós Heracles.


Otra versión cuenta que Hera retrasó el parto haciendo que Ilitía se sentase en la mencionada posición y que fue Galantis la que engaño a la Diosa. Hera convirtió a Galantis en comadreja y la obligo a dar a luz poniendo huevos por la boca.
Heracles fue bautizado con este nombre en un intento fallido por aplacar a Hera. Unos pocos meses después de su nacimiento, Hera envió dos serpientes a matarlo mientras dormía en su cuna. Heracles estranguló una serpiente con cada mano y fue hallado por su niñera jugando con sus cuerpos exangües como si fueran unos insignificantes juguetes.

Una versión del origen de la Vía Láctea es que Zeus engañó a Hera para que amamantase al infante Heracles. Al descubrir quién era, la Diosa lo apartó de su pecho y un chorro de su leche formó la mancha que cruza el cielo y que puede verse en él desde entonces (se cuenta una historia parecida sobre Hera y Hermes, pero sin embargo en ese caso el truco funcionó y le tomó más cariño).

Según la tradición griega, probablemente basada en la Oración (XII,99) de Libanio o en la Epítome de la Biblioteca de Apolodoro, Heracles fue concebido en vientre cuando Zeus, prolongó la noche en tres durante las nupcias de sus padres.
La leyenda cuenta que Heracles nació en Tebas, donde vivían Alcmena y Anfitrión.
Los antiguos griegos celebraban el nacimiento de Heracles en el 4º día de cada mes griego.

Edad Adulta

Heracles creció sano y fuerte. Recibió con su hermano clases de música del maestro Lino, pero era un estudiante indisiplinado. Lino lo regañaba constantemente, y un día Heracles se enfureció y lo golpeó con una lira, matándolo al instante. El joven Heracles debió comparecer ante el tribunal, acusado de asesinato, pero salió del apuro citando una sentencia de Radamantis, según la cual existía el derecho de matar al adversario en caso de legítima defensa. Fue pues, absuelto. Pero Anfitrión, inquieto, y temiendo que su hijo adoptivo fuese presa de nuevos accesos de cólera se apresuro a enviarlo al campo, y lo puso al frente de sus rebaños. Allí, según una tradición, un boyero escita llamado Téutaro continuó con su educación, adiestrándolo en el arte de manejar el arco.
Heracles siguió realizando proezas tales como matar al León de Citerón, que estaba acosando y cazando los rebaños locales, y vistió con sus pieles. Cuando regresaba de su cacería se encontró con los emisarios del rey minio Ergino de Orcómeno, que había derrotado años atrás a los tebanos y les había impuesto un pesado tributo que debían pagar cada año. Heracles los atacó, les cortó la nariz y las orejas y las ató a sus cuellos, enviándolos de regreso con el mensaje de que ése era todo el tributo que iba a recibir. El rey tebano Creonte le recompensó dándole en matrimonio a su hija, la princesa Mégara, cuya hermana menor, Pirra, se casó con Ificles, hermano del héroe. Heracles tuvo con Mégara varios hijos.

Los Doce Trabajos

En un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Al despertar y descubrir los terribles actos que había cometido, sintió un terrible dolor, y no quiso continuar viviendo más con Mégara (otras versiones dicen que también Mégara fue asesinada junto con sus hijos por la locura que le provocó Hera). En penitencia por ésta execrable acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo diez trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quién más odiaba. Heracles llevó a cabo todos ellos con éxito, pero Hera le dijo a Euristeo, que estimase que en dos de los trabajos había fallado, pues había recibido ayuda, por lo que ordenó dos más, que Heracles también completó, haciendo un total de doce.

El orden tradicional de los trabajos es:

1. Matar al León de Nemea.
2. Matar a la Hidra del lago de Lema.
3. Capturar a la Cierva de Cerinia.
4. Capturar al Jabalí de Erimanto.
5. Limpiar los establos de Augías.
6. Matar a los pájaros del Lago Estínfalo.
7. Capturar al toro salvaje de Creta.
8. Robar las yeguas del rey Diomedes de Tracia.
9. Vencer a las amazonas y tomar el cinturón de Hipólita.
10. Matar a Gerión y robar sus rebaños.
11. Robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
12.Capturar a Cerbero, de los infiernos, y llevarlo a Euristeo.


Fuente: http://www.wikipedia.org