martes, 23 de agosto de 2011

PERSÉFONE


 En la mitología griega, Perséfone -La que lleva la muerte-. Es hija de Zeus y de Deméter -Diosa Madre-.La joven doncella, hasta entonces llamada Koré -Hija-, es raptada por Hades, Dios del Inframundo, convirtiéndose en la reina del mismo.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica. En otros lenguajes era conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama Persephoneia. Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica Proserpina, y como tal llegase a convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.
La figura de Perséfone es actualmente muy conocida. Su historia tiene un gran poder emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como <<La Doncella>>. En la Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como <<Reina de Hierro>>. Su mito central, aún con toda su naturalidad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes; una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.

EL MITO DEL RAPTO     

En el panteón olímpico se le da un padre a Perséfone: según la Teogonía de Hesíodo era hija de Zeus y Deméter:




                Y él, [Zeus] fue a la cama de la abundante Deméter, quien concibió a Perséfone, la de blancos brazos, robada por Hades del lado de su madre.
Sin embargo, Perséfone no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de los demás dioses, siendo una diosa de la naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar plantas. En la tradición olímpica fue cortejada por los dioses: Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de los dioses. Así, llevaba una vida pacífica hasta que se convirtió en la diosa del inframundo, lo que, según los mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta que Hades la raptó y llevó allí con él. Perséfone estaba tomando flores inocentemente con algunas ninfas (y Palas Atenea y Artemisa, según el himno Homérico, o Leucipe, o algunas Oceánides) en un campo en Enna cuando apareció Hades, emergiendo de una grieta en el suelo, las ninfas fueron transformadas en las Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó paralizada mientras la desolada Deméter (Diosa de la Tierra) buscaba por todas partes a su hija perdida. Helios, Dios Sol, que todo lo ve, termino por contarle lo sucedido a Deméter.
Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engaño para que comiese seis (o cuatro, según otras fuentes) semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones, Ascáfalo, hijo de Aqueronte, le contaba a los demás dioses que Perséfone se había comido voluntariamente las semillas de granada. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, Perséfone volvía al Inframundo, la tierra se hacía nuevamente estéril. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone  del Inframundo cuando Deméter reveló lo misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En la versión más antigua la temible diosa Perséfone era la propia Reina del Inframundo.
Perséfone, como reina del Hades, sólo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo, accedió pero falló, al mirar atrás casi al final, para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para siempre.
Perséfone también figura en la historia de Adonis, el consorte sirio de Afrodita. Cuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfeone para que lo cuidara, pero ésta  también quedo asombrada y rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos Diosas fue resuelta por Zeus o Calíope, quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro meses con Perséfone y los cuatro meses restantes del año solo.
Cuando Hades persiguió a una ninfa llamada Mente, Perséfone la convirtió en una planta de menta.
Perséfone era el objeto del cariño de Pirítoo. Su amigo Teseo y él prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo eligió a Helena, la secuestro con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que tuviese la edad de casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al Inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de ésta, Hades, quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron enredándose en sus pies, atrapándolos. Cuando Heracles fue a cumplir con el último de sus doce trabajos, capturar a Cerbero, el perro guardián del Inframundo, liberó a Teseo, pero cuando intentó liberar a Pirítoo la tierra temblo y lo tuvo que dejar en el Inframundo.      


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